Ha finalizado el pasado fin de semana los 12 días del Festival de Cannes, con todo su glamour y la entrega de la codiciada Palma de Oro. El cineasta iraní Jafar Panahi se ha llevado el máximo premio en esta 78 edición. Su presencia en la Costa Azul fue después de varias condenas de cárcel y 15 años sin poder salir de Irán, enfrentado con el régimen. Su película “Un simple accidente”, fue muy ovacionada en su presentación. Una trama que es una fábula moral sobre el mal y la venganza. Fue rodada en Teherán de forma clandestina.
Paralelamente, en el certamen debemos destacar la participación de cineastas uruguayos, con un cortometraje “Sinfonía del silencio”, que venía de ganar en una competencia internacional y en Seattle en Estados Unidos. Los realizadores son el equipo Crow Films, conformado por Victoria Herrera y Kevin Santos, ambos responsables de varios cortos con distintos equipos, invitados a participar en el evento.
Esta competencia prueba una vez más que es una oportunidad de mostrar el talento uruguayo, no solo de los jóvenes, sino de cineastas que deciden perseguir sus sueños. El corto “La sinfonía del silencio” es como una herramienta para la creatividad y la productividad, experimentando la melodía de la vida en su máxima expresión. En este caso, esos sueños llevaron a estos jóvenes a la Costa Azul a la Riviera sa, que bajó el telón, un año más, de su exitoso y famoso festival.
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