ECONOMÍA

Compras online: ¿con o sin IVA? 3r6043

El análisis económico de Nicolás Lussich en Subrayado. r465e

Por Nicolás Lussich @

Así como Uber, Netflix y otras empresas cambian los fundamentos de los negocios donde ingresan (transporte, entretenimiento), lo mismo sucede con el comercio minorista, con empresas como Amazon, eBay, o firmas regionales y locales como MercadoLibre o TiendaMia, cuyas ventas online compiten directamente con el comercio tradicional, con locales al público. 36284l

Ante este escenario, el gobierno ha ido restringiendo las compras online al exterior, pero las compras siguen aumentando en monto y en número. Según datos de divulgados por A Ferrere se hicieron compras online al exterior por U$S 37 millones el año pasado. Es un monto casi insignificante respecto a las transacciones totales del comercio en Uruguay (cerca de U$S 6.000 millones) pero a eso hay que sumar las transacciones en sitios locales, con lo que la cifra llega a un más respetable U$S 400 millones.

Y los montos vienen creciendo: esos U$S 37 millones son 20% más que lo registrado en 2016, a pesar de las restricciones impuestas por el gobierno (bajó de 4 a 3 las compras anuales por persona y topeó en U$S 200 cada compra; hay una tasa adicional de U$S 15 que cobra Ursec por artículos electrónicos).

Es que hay una tendencia inexorable: los consumidores ya recurren a Internet para hacer la mayor parte de sus compras, si consideramos para comparar, investigar o –efectivamente- comprar. Esto es muy removedor para el comercio minorista en todas sus modalidades.

Ante esta tendencia, se ha planteado en el ámbito de la Cámara de Comercio que se aplique IVA a los envíos que llegan desde el exterior ¿es un pedido razonable?

Como argumento general, es legítimo plantear que todos los comerciantes (online o físicos) paguen los mismos impuestos cuando venden productos similares. Se trata de que la cancha sea pareja para todos.

Lo que sucede es que –según plantean los operadores de e-commerce- cuando se compra online se pagan impuestos a las ventas en origen, cosa que no hace el importador, que compra directo en fábricas de EE.UU., Europa o China. En ese caso no se pagan impuestos como sí paga el que hace una compra directa online. Además, los grandes importadores tienen menores costos por cuestiones de escala.

Ahora bien: tomando como ejemplo EE.UU., el impuesto minorista a las ventas es 7 a 11% según el Estado (en EEUU no hay IVA); el consumidor uruguayo lo encarga online, paga el impuesto y lo introduce sin pagar IVA (con las restricciones explicadas). El importador mayorista no paga el impuesto en origen, pero sí el IVA (y adelanto de renta) para introducir la mercadería en Uruguay. Hay una asimetría entre el 22% de IVA y el 7 a 11% del impuesto en origen, a favor del comercio online.

Así, hay un argumento para aplicar IVA, como hacen Chile y Colombia (por ejemplo). Pero de aplicarse, ya no tendría más sentido limitar el número de compras, pues la carga tributaria se habría emparejado.

El avance del comercio online es inevitable y deseable: se generan nuevas oportunidades comerciales y de empleo. Las nuevas tendencias cuestionan los modelos de negocio vigentes y, obviamente, eso genera reacciones de los actores involucrados. Lo deseable es que –además de ávidos consumidores online- los uruguayos podamos ofrecer más cosas a través del comercio electrónico. En esa cancha ¿somos competitivos? Hay algunas experiencias exitosas de empresas uruguayas que comercian online al exterior, pero el tráfico en sentido inverso es mucho mayor. Hay mucho para trabajar si se quiere equilibrar la balanza.

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