El de las personas ausentes y todo lo que ello trae aparejado es un tema que muchas veces pasa desapercibido. ¿Qué sucede con las familias que atraviesan la desaparición? 1w281j
En Uruguay hay 334 causas abiertas de personas ausentes: ¿qué sucede con las familias detrás? 5z24g
Se procesan un promedio de 18 denuncias de ausentes por día, más de 4.000 cada año, de las cuales un 70% corresponden a fugas de dependencias del INAU. 1uo4r
En Uruguay, el departamento de registro de personas ausentes nació en 2004 y actualmente funciona en la órbita de la dirección de Crimen Organizado e INTERPOL.
Con un promedio mensual de 400 denuncias de desapariciones, el equipo que aborda estos casos logra resolver la mayoría, ya sea mediante ubicación del paradero de la persona con vida o el hallazgo del cuerpo; sin embargo aún permanecen 334 causas abiertas desde la creación del registro. Y 137 corresponden al primer semestre de 2022.
A pesar del pasaje de los años, policialmente siempre hay expectativa de una nueva información para sacar el caso del estado estanco, indicó el director de INTERPOL, Juan Rodríguez.
El equipo procesa un promedio de 18 denuncias de ausentes por día, más de 4.000 cada año, de las cuales un 70% corresponden a fugas de dependencias del INAU.
El primer paso es la evaluación en el campo del contexto familiar, amistades y circuitos que visitaba la persona ausente; de esto surge un primer informe técnico con el perfil del desaparecido que será clave para orientar luego la investigación.
Los policías recomiendan realizar la denuncia lo antes posible cuando se comienza a sospechar de un caso de desaparición y desmienten la idea generalizada sobre la espera de 24 horas posteriores a la ausencia para comenzar a actuar.
Uno de los casos emblemáticos para la policía y la justicia uruguaya es la desaparición del joven Ignacio Susaeta, el 23 de enero de 2015.
El estudiante de Ingeniería hace siete años y medio que permanece ausente de su hogar. La lucha de su familia ha sido incansable desde los primeros minutos hasta el día de hoy.
El 23 de enero de 2015 Ignacio ,que en ese momento cursaba la carrera de Ingeniería, salió de su casa en el barrio Brazo Oriental en su auto Chevrolet Spark de color negro; dijo que iba a llevarle un cuaderno de estudio a un compañero y jamás regresó. Ese día, su padre cumplía 50 años.
El vehículo de Susaeta fue encontrado frente a una heladería de Lagomar, cerrado y con la alarma activada. En su interior se halló la billetera del joven, dentro de un paquete de pañuelos, pero su cédula no estaba.
Hace ya siete años y medio y su familia vive aún con la incertidumbre de saber qué pasó: sus padres, Alejandra y Juan, recorrieron casi todo el país en busca de Ignacio en ocasión de cada nueva pista aportada por gente que decía haberlo visto. Semanas atrás la pareja se fue en auto hasta Misiones (Argentina) y llegó a una comunidad hippie tras un mensaje de Facebook que alertaba que allí había un joven muy similar a Ignacio, y así decenas de veces desde su ausencia.
En el caso de Ignacio, en su momento, la familia afirma que la Policía no analizó la computadora del joven y ellos le pagaron a un especialista para que lo hiciera. Sin embargo, de allí no surgieron datos, tampoco de su celular.
Los familiares narran que sobrellevar la ausencia es incluso más duro que el duelo por una muerte e incluso aún más cuando se trata de un hijo.
Alejandra espera que sea aprobada por el Parlamento la denominada alerta amber, que permitirá activar mecanismos de búsqueda en distintos puntos clave (peajes, terminales de ómnibus, fronteras) y agilizar las búsquedas de inmediato. Además, Alejandra le presentó al ministro del Interior, Luis Alberto Heber, un proyecto para difundir imágenes de ausentes en las pantallas de cajeros automáticos, como existe en otras partes del mundo, el asunto aún está en análisis.
La acumulación de tensión termina en estrés y cualquier cambio, sea una mudanza, una separación o una modificación laboral afecta al individuo; la ausencia de un familiar se asemeja al impacto que genera en una persona la pérdida física de un hijo; así lo explicó el psicólogo Jorge Delgado.
No saber qué pasó genera agotamiento emocional y tarde o temprano, físico. El abordaje terapéutico es fundamental para sobrellevar estos procesos.
La vida se trata de intentar vivir en equilibrio y el familiar que convive con la situación de un ausente está en desequilibrio.
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