El crimen del profesor de inglés Edwar Vaz generó interés en Argentina por la mansión Gypsy Queen de Beverly Hills por una presunta operación de lavado de dinero, ya que el inmueble fue financiado por un político argentino, informa el diario Clarín. 2l6f3m
Político argentino financió "Gypsy Queen", la casa que desencadenó el asesinato de Edwar Vaz 5h5m6s
El caso policial despertó sospechas en la vecina orilla de lavado de dinero. Por qué. 32249
Los medios le llaman a la propiedad "la mansión swinger" por las fiestas que ocurrían en las temporadas estivales y más allá.
SEDUCIENDO APOSTADORES
Detienen a una pareja que se hospedaba en hoteles del Centro para cometer rapiñas y hurtos 65545o
La historia que terminó en 2018 con la ejecución de Vaz por sicarios comenzó mucho antes, en 2004, cuando la exesposa del docente y su amiga Leticia frecuentaban el Hotel Conrad en busca de apostadores.
Ellas tenían entonces 20 y 23 años. Leticia y Lulukhy Moraes iban a buscar lo que encontraron.
Según Clarín, Leticia "enamoró" a un político argentino -exministro del gobierno de Carlos Menem- y lo convenció de adquirir un terreno en Beverly Hills.
Esa es la punta de un iceberg que puede terminar en un expediente criminal en la vecina orilla
El político argentino encontró un mercado favorable.
Entonces, las propiedades estaban a precios bajos por la reciente crisis en la región. Compró a 100.000 dólares y a las dos semanas comenzó la construcción de lo que sería la mansión Gypsy Queen, bautizada así en honor al origen familiar de Lulhuky.
El inmueble se edificó sobre un terreno de 2.000 metros cuadrados. La casa cuenta con 10 habitaciones temáticas.
La calle donde fue construida Gypsy Queen, es la misma en la que la tienen propiedades -a pocos metros entre si- otras dos personas públicas con problemas policiales: el mafioso Rocco Morabito y el ex diputado suplente colorado Francisco Sanabria procesado por el caso Cambio Nelson. El diario Clarin habla de la "maldición de la calle Curupay".
Leticia invitó a Lulukhy -o Lulú- a vivir a la mansión. Con ella llegó su marido Edwar Vaz.
El exfuncionario argentino también pasaba tiempo en el lugar. Actualmente vive entre Punta del Este, Buenos Aires y Miami, dice el diario argentino.
AMOR, DINERO Y BALAS
Un tiempo después empezaron las fiestas. Según Clarín, se establecieron "membresías" para acceder a las mismas. Vaz no estaba de acuerdo con la idea de convivir con todo eso, sobre todo porque tenía dos hijos chicos con Lulú.
La pareja se había conocido en 1997 cuando la mujer era poco más que una adolescente y Vaz un joven profesor de inglés en Montevideo.
Al principio, el hombre accedió a trabajar en las fiestas sirviendo tragos y otras tareas operativas. Pero, al cabo de un tiempo, decidió retirarse y encerrarse con sus hijos en una vivienda situada detrás de la mansión, que formaba parte de la misma propiedad.
La relación con Vaz fue empeorando con el tiempo, pero siguieron viviendo juntos hasta 2016, cuando se separaron oficialmente.
El docente creyó que parte del patrimonio que se había generado en los años de estas sexuales le pertenecía a él y a sus hijos.
Poco después de separarse, Vaz se fue a un apartamento en Maldonado con su nueva pareja, Malvina Suárez. Uno de sus hijos se fue con él, y el otro lo hizo poco antes del asesinato, aprovechando un viaje de su madre.
La casa Gypsy Queen ya no le pertenece a las mujeres. La vendieron a un empresario brasileño en 1.3 millones de dólares. La residencia vale dos o tres veces más, según dijeron a Clarín fuentes del caso.
Hay dudas sobre el alcance del negocio. Según ellas, el nuevo propietario les pagó y luego las contrató como as de la propiedad.
Junto a su abogado, Vaz estaba preparando una demanda civil por 1.5 millones de dólares, en el entendido que había dinero producido por el inmueble, vehículos y otras propiedades.
Lulú le había advertido que no tenía intenciones de darle nada. Y de algún modo le anticipó a uno de sus hijos el final: "tu papá te va a durar poco".
Después le dijo a la Policía que Edwar era el verdadero proxeneta. También dijo que le había salvado la vida su actual pareja.
Y más adelante, cuando las pruebas eran irrefutables, dijo que la idea era darle "un susto" y nada más.
El 9 de julio, dos individuos le tocaron timbre a Edwar Vaz. Le dijeron que una de sus hijas había tenido un problema. El hombre bajó rápido y cuando llegó fue alcanzado por varios disparos.
Malvina, su pareja, cree que algún balazo era para ella. Pero en su caso no dieron en el blanco.
Los sicarios fueron conducidos al apartamento en la avenida Lavalleja por un jardinero de "Gypsy Queen". Los levantó en la playa Mansa por orden de Lulú.
Hasta el momento no han sido capturados. La Policía cree que están escondidos en un asentamiento de Montevideo.
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